¿Ha habido alguna noticia reciente, en Europa o en todo el mundo, que haya inspirado sentimientos que no sean pesimismo? Puede que no estés de acuerdo conmigo, pero yo diría que sí. La NASA acaba de publicar imágenes que recuerdan casi los orígenes del universo, y son asombrosas.

Me refiero, por supuesto, a las imágenes tomadas gracias al Telescopio Espacial James Webb, que se lanzó en diciembre de 2021 y desde entonces está en pleno funcionamiento. El telescopio Webb tiene el potencial de descubrir nueva información sobre estrellas, exoplanetas y galaxias; ya nos ha traído las imágenes más profundas del universo hasta ahora. Habiendo visto las imágenes por primera vez, no podía creer que no estuvieran pensadas principalmente como una obra de arte. Solo eche un vistazo usted mismo.

Por cierto, el arte juega un papel importante en la comunicación sobre el telescopio Webb, su misión y, a medida que avanzamos, sus resultados. Antes de que se lanzara el telescopio por primera vez, se invitó a veintidós artistas a producir obras de arte basadas en lo que les informó el personal del proyecto. Dicho esto, no necesita ser un artista seleccionado por la NASA para exhibir su arte: cualquiera puede enviar su trabajo al grupo de Flickr inspirado en el telescopio Webb.

También en Europa, el potencial de colaboración entre el arte y la ciencia no ha pasado desapercibido. La iniciativa New European Bauhaus invita a todos a reimaginar el futuro uniendo la ciencia y la tecnología con el arte y la cultura. En la educación primaria y secundaria, los maestros piden que se incorpore STEAM en los planes de estudio en lugar de STEM (agregando "Artes" a Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). La Coalición de Educación para el Clima de la UE incluye algunos recursos e iniciativas inspiradores que utilizan el arte para enseñar sobre la crisis climática. Lamentablemente, si intenta agregar sus propios recursos, verá rápidamente que la "educación de adultos" no se encuentra en ninguna parte de la lista de sectores elegibles.

Esto me lleva a dos preguntas: ¿hay espacio para los enfoques basados ​​en el arte en la educación científica para adultos? ¿Y por qué necesitamos el arte para comunicar sobre ciencia en primer lugar?

¿Por qué utilizar el arte para enseñar ciencias?

Empezando por las razones más aparentes, el arte puede ilustrar la belleza de la ciencia, que de otro modo parecería compleja e inabordable. Una vez más, las imágenes del telescopio Webb e inspiradas en él son un buen ejemplo. El arte también puede dar espacio para el “distanciamiento estético”: poner temas conocidos bajo una nueva luz. Más allá de la estética, algunos estudios consideran que el arte es más probable que involucre a las personas y evoque emociones, centrándose en el aspecto afectivo del aprendizaje en lugar del cognitivo. Esto puede ser particularmente beneficioso en la educación en ciencias climáticas. Aprender sobre la crisis climática puede desencadenar diferentes emociones, a menudo negativas, como sentirse ansioso, impotente o angustiado. El uso del arte no solo puede alentar a los ciudadanos a tomar medidas, sino que también puede ayudarlos a procesar estas emociones complejas y reflexionar sobre sus propios valores.

Para aquellos de nosotros que trabajamos en la educación no formal de adultos, los conceptos de enfoques participativos y centrados en el alumno probablemente serán muy familiares. Como era de esperar, también se encuentran en el corazón del aprendizaje efectivo basado en el arte. Según los resultados de ParCos, un proyecto de Horizonte 2020 sobre Comunicación Participativa de la Ciencia, los métodos basados ​​en el arte pueden permitir procesos participativos para dar sentido a los datos científicos. El manual elaborado por los socios del proyecto analiza el uso de métodos basados ​​en el arte para animar a los participantes a recopilar e interpretar sus propios datos. Un ejemplo es una exhibición basada en video que creó un pronóstico del tiempo personalizado para los participantes. Establecido por la emisora ​​pública flamenca VRT junto con la Escuela de Artes LUCA, invitó a las familias participantes a explorar y sacar conclusiones de los datos meteorológicos históricos. También se les pidió que ingresaran su fecha de nacimiento para ver la información desde una perspectiva más amplia sobre el cambio climático.

Finalmente, la educación artística se reconoce cada vez más como importante en la preparación de científicos para comunicar su trabajo al público en general. Considere la historia de un científico que participó en el teatro de improvisación y, como resultado, adoptó el concepto "sí y": aceptar lo que dicen otros artistas y seguir su línea de pensamiento. Su experiencia en la improvisación demostró ser particularmente útil cuando interactuaba con participantes en seminarios de ciencia, no solo combatiendo el miedo a hablar en público sino también aceptando todas las preguntas que se le hacían.

Educación científica basada en el arte en el aula y más allá

De manera alentadora, ya existen muchas prácticas en la educación no formal de adultos de las que podemos inspirarnos para explorar la conexión entre el arte y la ciencia. Se están ejecutando varios proyectos de reciclaje en toda Europa que muestran el impacto de los desechos plásticos en la producción de artesanías. Un ejemplo es el taller Humane Crafts organizado por el Mosaic Support Center en Lesbos, Grecia, que invita a los alumnos a crear artesanías con objetos desechados. El pasado mes de junio, el Great Exhibition Road Festival en South Kensington, Reino Unido, llevó a cabo talleres, charlas, exposiciones y actuaciones que incluían, entre otras, la oportunidad de construir tu propio instrumento musical o rediseñar tu ropa vieja. Los museos también son un espacio fascinante para el descubrimiento de la ciencia a través del arte, como comentamos hace unos meses en nuestro podcast EPALE. Hablando personalmente, todavía recuerdo haber visitado una exposición en el Museo del Diseño de Helsinki que presentaba de forma creativa, pero científicamente posible, Radical Ocean Futures.

Todavía puede preguntarse: el arte puede ser radical, inspirador y estimulante, pero ¿puede realmente brindar a los adultos herramientas prácticas para enfrentar los desafíos de la vida real? Talvez no; tal vez ese no sea siempre el punto. Pero te dejo con un ejemplo más. Como fanático del teatro inmersivo, tenía curiosidad por conocer una obra de teatro totalmente inmersiva en Londres llamada “Space Plague”, que invitaba a las familias participantes a reaccionar ante una pandemia imaginaria. Por un giro del destino, la obra se estrenó en febrero de 2020, justo antes del brote de COVID-19 en el Reino Unido y en otras partes del mundo. Si bien pronto se cerró por razones éticas, la investigación preliminar sugirió que los participantes encontraron útil la experiencia para lidiar con la pandemia real que siguió.

¿Y tú? ¿Tienes algún ejemplo inspirador de enseñar ciencias a través del arte? ¡Comparte tu experiencia más abajo!

Créditos de las fotografías (en orden de aparición)

Foto de: Daniele Levis Pelus, fuente: Unsplash

Foto de: Jeswin Thomas, fuente: Unsplash

Foto de: ephst, fuente: Shutterstock