Importancia de la Educación en prisiones

¿Por qué se considera que la educación penitenciaria es tan importante? Como dijo en cierta ocasión Dostoyevski, el novelista y filósofo ruso: “Se puede juzgar a una sociedad por cómo trata a sus presos”.
La educación dentro de establecimientos penitenciarios es uno de los escenarios más complejos del campo de la enseñanza en nuestro país. La tasa media de población carcelaria en Europa es de 115,7 reclusos por cada 100.000 habitantes mientras que la española es de un 32%, por encima de la media de los países europeos. Así pues, la educación en prisiones da servicio a muchas personas con pocas o ninguna posibilidad de mejorar su situación. Si ya la educación para personas adultas es en cierto grado desconocida, la educación para personas adultas en prisiones es, simplemente, invisible.
Decir que no ha habido avances en estas enseñanzas sería falsear la realidad. Se ha dado un gran paso hacia el desarrollo personal y profesional en el ámbito carcelario y se han creado nuevos itinerarios educativos para mejorar las capacidades de estos alumnos. Estos nuevos enfoques se han centrado en la evaluación inicial para ofrecer a adultos con baja cualificación la oportunidad de identificar sus capacidades y también sus necesidades para poder así mejorarlas. Evaluación de destrezas: La clave para generar oportunidades de aprendizaje personalizadas y con repercusión entre rejas
En este sentido, la educación en habilidades básicas y la Formación Profesional Básica en un Centro Penitenciario juegan un papel muy importante en la reintegración de reclusos ya que suponen una gran oportunidad de formación para los internos, con ella podrían obtener el título de Formación Profesional correspondiente y, con la normativa actual, el Graduado en Educación Secundaria Obligatoria si el equipo docente valora que el alumno ha alcanzado los estándares de aprendizaje correspondientes para ello. Además, la superación de los módulos lleva asociado el poder iniciar una trayectoria profesional en esa familia profesional. Es decir, la educación a lo largo de la vida, es un derecho que no se pierde con la reclusión penitenciaria en España.
Cada euro que se invierte en educación penitenciaria cuenta, ofrecer a los estudiantes desfavorecidos una segunda oportunidad de aprender, encontrar formas de reconocer y validar el conocimiento, aprovechar el uso de las nuevas tecnologías y ampliar sus oportunidades, actúa en beneficio de todos, es decir, no es solamente un proceso unidireccional de reducción de la reincidencia. Las estadísticas afirman que los bajos niveles de cualificación tienen importantes efectos negativos en la empleabilidad de los presos una vez liberados y es una de las principales razones por las que los expresos reinciden.
Educar en prisión: una experiencia difícil. No es fácil abordar este tipo de educación; desde hace algún tiempo se ha puesto en marcha en diferentes países, una nueva estrategia de aprendizaje que tiene el propósito de garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de participar en actividades educativas creativas y flexibles a fin de que aprovechen su potencial, se inspiren y se refuercen como individuos. Este planteamiento tiene como objetivo principal ofrecer actividades creativas basadas en el aprendizaje de las necesidades de la persona, saliendo del uso de métodos de la tiza y la pizarra tradicionales y desfasados. Educar en prisión: una experiencia difícil II
Ejemplos de estas buenas prácticas consisten en incorporar de manera transversal otro tipo de actividades, partiendo de la realidad más próxima y abordando aprendizajes globales que aporten motivación en estos entornos cerrados. Ejemplos de ellos son actividades relacionadas con medio ambiente, cocinar platos del mundo, hacer programas de radio donde cuenten sus vivencias, campeonatos de ajedrez, cuadernillos de lectoescritura, otras formas de aprender a leer y escribir mediante cuadernillos de lectoescritura adapatados a sus necesidades, talleres de poesías, música entre rejas, ópera, talleres contra la violencia de género, o tecnología basada en detección de necesidades entre otras.
En estos casos es donde se comprueba que el cerebro necesita emocionarse para aprender, solo aprendemos cuando nos emocionamos. Motivar, generar interés, emocionar e ilusionar no es siempre fácil, pero a veces, y de forma sorprendente, la historia comienza de la forma más simple y natural. Emociones en la cárcel, y es muy necesario hacerlo desde el corazón ya que en la mayoría de los presos no tienen hogar; no nos referimos a una casa física o familiar, si no a tener un sentimiento intenso de desamparo en la vida que les ha conducido a su situación. Participar en cualquier actividad que motive puede ser una experiencia revolucionaria para un preso ya que tener éxito en algo, a menudo por vez primera en la vida, es Crear hogar a partir del éxito. La cooperación, comunicación, confianza y fomento de destrezas allanan el camino para una reentrada positiva en la sociedad tras cumplir una pena, la educación para la libertad tras las rejas, debe ser lo más importante.
Aquí en EPALE apreciamos la importancia de la educación penitenciaria para mejorar las oportunidades de empleo de los presos, la inclusión social y la reintegración en la sociedad. El equipo nacional ha recopilado esta serie de artículos interesantes, recursos útiles y estudios de casos sobre el tema:
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