Flexibilidad y comunidad

La semana pasada pude participar en un debate sobre "flexibilidad" del grupo de reflexión de los colegas suizos de la EAEA, la SVEB, en Zúrich. Han realizado un trabajo considerable sobre el tema de la flexibilidad y su impacto en la Enseñanza de Personas Adultas.

Un documento de referencia señala la individualización, la complejidad y la diversidad como elementos clave estrechamente relacionados con la flexibilidad. Echad un vistazo a la página web del grupo de reflexión, os lo recomiendo encarecidamente como fuente de reflexión sobre el futuro de la Enseñanza de Personas Adultas.

En la reunión debatimos los desafíos y las ventajas de la flexibilidad y cómo podemos incorporar la complejidad a nuestro trabajo. Una de las cuestiones clave fue cómo combinar la individualización con la justicia social y cómo evitar que las personas se vean desfavorecidas por ello.

En la EAEA, apoyamos firmemente los enfoques individuales desde un punto de vista centrado en el alumnado. Nuestro trabajo en la metodología de las competencias para la vida ha sido considerable y puede resumirse de la siguiente manera: no introduzcamos al alumnado en un plan de estudios, construyamos un plan de estudios en torno al individuo. Esto significa que las personas pueden aprender lo que necesitan por su cuenta y no tienen que volver sobre cuestiones que ya han adquirido en el pasado.

En todos estos debates y planteamientos, la pregunta sigue siendo la misma: ¿qué es lo que nos hace felices en un mundo más flexible, más diverso y más complejo?

La Constitución estadounidense contempla la "búsqueda de la felicidad" como uno de sus principios. Bután es otro país que se está tomando la cuestión de la felicidad muy en serio. Tienen un Índice de Felicidad Nacional Bruta que sirve de base para la elaboración de sus políticas, lo cual es un fundamento fantástico para la política. Pero volvamos a Europa, donde la felicidad parece escasear y desde luego no constituye una base para la formulación de políticas.

Analicemos algunos factores que nos hacen felices

1. El impacto y el propósito

La OCDE utiliza el término "autoeficacia" en el análisis PIAAC (Programa de Evaluación de Competencias de Adultos). ¿Creen las personas que pueden influir en su entorno? Esto se refiere a la familia, al trabajo o al barrio. El PIAAC concluye que cuanto más alto es el nivel de competencias, más influencia se cree tener. Las personas con resultados más bajos en competencias básicas indican un índice mucho más bajo de autoeficacia, por lo que tienen la sensación de que sus vidas están muy condicionadas.

Intentar cambiar tu entorno de acuerdo con tus ideas puede ser algo extraordinario y, sí, empoderador. Cualquiera que haya participado activamente en un movimiento o causa probablemente estará de acuerdo. El empoderamiento y el activismo son dos grandes fuentes de satisfacción personal. Recuerdo una entrevista con un activista de los derechos civiles de los años sesenta en EE.UU. en la que decía que las protestas que habían conducido a un cambio en la legislación eran el momento más feliz de su vida y esto incluía el nacimiento de sus hijos. (Sí, era un activista masculino).

2. Pequeñas cosas

Hay otros "grandes" temas, como la salud, que definen nuestra felicidad, pero ahora voy a pasar a las pequeñas cosas que nos hacen felices, espero no ser demasiado cursi al respecto. Así pues, ¿cuáles son esas pequeñas cosas que nos hacen felices?

• Los animales domésticos

• Una afición o interés, preferiblemente compartido con otras personas

• Cantar (especialmente en un coro, véase más arriba) y bailar

• La naturaleza

3. Otras personas

Este es un punto importante a la hora de sentirse feliz y no me refiero necesariamente a la pareja y la familia, sino (también) a las redes sociales, el contacto humano y las amistades. Las personas no somos cazadores solitarios, sino más bien animales de manada. Nos necesitamos unos a otros y los buenos contactos nos mantienen felices y sanos. También son un factor de longevidad. Puede que Sartre hablara de que el infierno son las demás personas (y probablemente todo el mundo conozca a unas cuantas así), pero en general, el contacto humano nos hace felices.

Enseñanza de personas adultas: el alumnado y la comunidad en el centro

Muchos de las cuestiones relativas a la felicidad antes mencionadas forman parte esencial de la labor de la educación no formal de personas adultas. Coro, pasatiempos, competencias cívicas y grupos de debate para causar impacto: todo está ahí. Y quizá, sobre todo, conocer a otras personas y ampliar nuestras redes. Si te mudas a otro país, las primeras personas que probablemente conocerás serán las que te encuentres en el curso de idiomas correspondiente. Las personas con las que cantas y bailas, con las que compartes intereses y aficiones... todo ello contribuirá a tu bienestar, a tu salud mental y, sí, a tu felicidad.

¿Existen contradicciones entre flexibilidad y comunidad? Puede haberlas si el aprendizaje se enfoca desde un punto de vista puramente técnico. En términos más generales, creo que nuestra tarea como educadores de personas adultas es desarrollar (y mantener) el equilibrio necesario entre los enfoques individuales y los intercambios sociales y la comunidad, situando al alumno y a la comunidad en el centro. Para ello, tenemos que reforzar la educación no formal de personas adultas y las comunidades.