Es increíble la sensación de satisfacción al conseguir tus objetivos y más aún cuando tus deseos se hacen realidad y es fruto de tu esfuerzo. De hecho, si quisiera describirla creo que no encontraría las palabras adecuadas para explicarlas con exactitud, aun así, me gustaría compartirla para todos aquellos que tengan la oportunidad de poder vivirla. 

Hace cuestión de unos meses, en julio concretamente, tuve la gran suerte de vivir una de mis mejores experiencias: aprobar la prueba de acceso a los ciclos formativos de grado superior. Después de 15 años sin tocar ni un libro, con responsabilidades familiares y con 33 años me decidí a matricularme en el Centro de Educación de Personas Adultas “Edrissis”, de Ceuta, para realizar el curso de preparación para la prueba de acceso a los Ciclos Formativos de Grado Superior. Mis primeros días del curso me sentía extraña. Había en mí una mezcla de nervios, dudas, ilusiones, ganas, … incluso podría decir miedo de no ser capaz de hacerlo y que todo eso a mí me quedara grande. Afortunadamente, topé con profesionales que rápidamente me cambiaron el ¨chip¨ y en todo momento me guiaron para poder conseguirlo: Jesús Canca (mi tutor y profe de inglés), Manuel López (profe de lengua) y Miguel Morente (profe de mates); a todos y cada uno de ellos mil gracias, sin ellos no hubiera sido posible. 

Recuerdo mis primeros ejercicios de lengua, el resumen no pasaba de las 5 o 6 palabras, los comentarios eran máximo de 3 líneas y la literatura solo me sonaba. Manuel con sus explicaciones y deberes consiguió de mí comentarios de 5 hojas y aficionarme de nuevo a la lectura. En mates, Miguel no sé de qué manera descifró los números y las fórmulas que rápidamente las entendí y eso que, en mis tiempos, era una de mis asignaturas favoritas pero ya estaban muy, muy enterradas. No suficiente con esto, el inglés también estaba ahí. Le tenía miedo, aunque mejor dicho pánico, como mucho me acordaba de algunos colores, verbos y poco más. Entonces, ¿cómo iba hacer una redacción en inglés si no tenía ni idea? Con Jesús conseguí 200 palabras, ni más ni menos, el día de la prueba y de la manera más sencilla. Todavía sigo preguntándome cómo lo consiguió.

Algunas de mis claves para aprobar fueron llevar una buena organización, hacer siempre los ejercicios que me mandaban, dejarme guiar por los profesores y, lo más importante, siempre asistir a clases. Lamentablemente, mi formación presencial se vio interrumpida por el confinamiento pero, aun así, seguí con las clases online y realizando cada una de las actividades que me enviaban. Al igual que cada uno de nosotros, no fue fácil pasar por una situación tan atípica y que, desafortunadamente, seguimos viviendo, pero no quería caer ante la debilidad de rendirme y seguí.

Otra de mis claves fue que no me lo tomé como una obligación. Lo disfruté y lo encaminé hacia una oportunidad para aprender y para crecer como persona. Además, las clases eran super amenas y divertidas no me resultó muy complicado. En casa solo tenía que poner en práctica lo que, poco a poco, me iban enseñando y siempre reservé unas horas al día para dedicárselas a mis estudios.

A día de hoy me encuentro matriculada en el Ciclo Formativo de Grado Superior de Educación Infantil. Estoy con muchísimas ganas de seguir formándome y con muchos proyectos de futuro en mente. He aprendido que con ilusión, perseverancia y esfuerzo todo lo podemos conseguir y que cada uno de nuestros logros comienzan con la decisión de intentarlos. Si pudiera hacer el curso de nuevo, sin ninguna duda, lo haría e incluso me volvería a presentar a esa prueba que tanto miedo le tenía. Ahora toca enfrentarme a nuevos desafíos pero, esta vez, con seguridad, haciendo lo que a mí me gusta y con máxima motivación sabiendo que sí puedo superarlos.

Y todo ello, a pesar de todos los pesares ... y a pesar del confinamiento.

MÓNICA MARÍN

Ceuta, Septiembre de 2020