Entrevista sobre IA a César Lozano y Juan Antonio Estébanez



César Lozano Gallego y Juan Antonio Estébanez Vega son profesores de Educación Secundaria y Bachillerato en la especialidad de Tecnología. Desempeñan su labor docente en el IES Río Órbigo de Veguellina de Órbigo y el IES Fernando I de Valencia de Don Juan, respectivamente, dos centros educativos rurales de la provincia de León. Ambos ejercen además como coordinadores TIC en sus centros, lo que les permite liderar procesos de digitalización e impulsar el uso pedagógico de las nuevas tecnologías en el aula.
Ingenieros de formación y docentes por vocación, entienden la tecnología como una herramienta clave para favorecer el aprendizaje activo del alumnado y fomentar el desarrollo del pensamiento crítico. Están comprometidos con la integración ética y responsable de las tecnologías emergentes en el ámbito educativo, así como con la formación continua del profesorado en este campo.
Su colaboración nace del interés común por la innovación educativa. Al trabajar en centros con características similares, han encontrado en el trabajo conjunto una forma eficaz de compartir recursos, experiencias y proyectos. Esta cooperación intercentros les permite mejorar la eficiencia en los procesos de digitalización y desarrollar iniciativas con impacto directo en la calidad educativa.

En primer lugar, agradeceros vuestra colaboración que ha hecho posible esta entrevista tan interesante y que esperamos sirva de referente para el resto de lectores.
¿Qué experiencia tenéis en IA?
Nuestra experiencia con la inteligencia artificial no comienza con la irrupción mediática de herramientas como ChatGPT o Copilot. Mucho antes de su popularización, ya habíamos iniciado un proceso de formación y análisis en torno a tecnologías como el machine learning, las redes neuronales y su progresiva aplicación en entornos educativos. Como coordinadores TIC, siempre hemos estado atentos a los avances en innovación digital y al impacto que estas tecnologías podían tener en la enseñanza y el aprendizaje.
En los últimos años, hemos participado activamente en procesos de autoformación y actualización constante, conscientes de que la inteligencia artificial evoluciona de forma vertiginosa. La curva de obsolescencia es tan rápida que lo que hoy es emergente, mañana puede estar integrado o superado. En este sentido, consideramos fundamental no solo adquirir conocimientos técnicos, sino también desarrollar una mirada crítica y pedagógica sobre su implementación en el aula.
¿Cuáles fueron los motivos que os llevaron a crear esta “Guía básica para el uso de la IA en centros educativos”? ¿Cómo surgió la idea?
La idea surge de una necesidad real que detectamos en nuestros centros: el uso creciente de herramientas de inteligencia artificial por parte del alumnado y, en muchos casos, la falta de orientación clara sobre cómo integrarlas pedagógicamente. Observamos que existía una brecha entre el uso espontáneo que hacían los estudiantes de estas tecnologías y la capacidad del profesorado para acompañar ese proceso de forma crítica, formativa y segura.
Como coordinadores TIC, ambos estábamos recibiendo numerosas consultas de compañeros y compañeras sobre el uso adecuado de herramientas como ChatGPT o Copilot, tanto desde el punto de vista técnico como ético o incluso legal. Al mismo tiempo, comenzaban a surgir dudas sobre su posible impacto en la evaluación, la integridad académica o la planificación docente. Fue entonces cuando decidimos dar un paso más y generar un documento claro, accesible y útil que sirviera de marco de referencia para toda la comunidad educativa.
“No queríamos prohibir ni frenar la llegada de estas herramientas, sino precisamente lo contrario: dotar de criterio, responsabilidad y seguridad a su uso dentro del aula”. La guía nace con un enfoque positivo y constructivo, con el objetivo de normalizar el uso de la inteligencia artificial como complemento educativo y no como amenaza. Además, el nuevo Reglamento Europeo sobre IA (UE 2024/1689) refuerza esta necesidad de formación y regulación, lo que nos dio aún más impulso para estructurar la guía con fundamentos sólidos.
¿Cuáles son los principales objetivos que se persigue con esta iniciativa?
La guía persigue como objetivo principal ofrecer un marco de referencia que permita utilizar la inteligencia artificial en el ámbito educativo de forma ética, segura y coherente con los principios pedagógicos. Pretende formar tanto a docentes como a alumnado en el uso crítico y responsable de estas herramientas, establecer unas normas básicas de uso que refuercen la integridad académica y reducir la incertidumbre que la IA puede generar en el profesorado. También busca impulsar un modelo de enseñanza más activo y autónomo, donde la inteligencia artificial actúe como un recurso complementario que favorezca el pensamiento crítico, la creatividad y la personalización del aprendizaje, siempre desde el respeto a los derechos fundamentales y con transparencia.
Vivimos en una sociedad donde la tecnología ha transformado completamente nuestras rutinas. Ya no nos desplazamos a caballo, sino en vehículos con motores cada vez más eficientes; del mismo modo, ya no buscamos información únicamente en enciclopedias o bibliotecas, sino que accedemos a ella de forma inmediata a través de internet, artículos, publicaciones científicas y herramientas digitales. En ese contexto, la educación no puede quedarse atrás. Aunque es natural que cualquier cambio genere cierta resistencia, especialmente cuando se rompe con métodos tradicionales, esta guía nace precisamente para acompañar ese proceso de adaptación. Lejos de ser una amenaza, la inteligencia artificial bien utilizada representa una gran oportunidad para mejorar la enseñanza, acercarse más al alumnado y preparar a los estudiantes para desenvolverse con responsabilidad en el mundo digital en el que ya están inmersos.
¿Por qué es importante que los docentes se formen en tecnologías emergentes como la inteligencia artificial?
La educación necesita un cambio de aire. Es imprescindible incorporar nuevas estrategias de enseñanza, porque el modelo tradicional ya no responde a las necesidades del contexto actual. El sistema educativo ha evolucionado profundamente en los últimos años y no podemos tratar de frenar ese avance: debemos adaptarnos, actualizarnos y seguir aprendiendo para conectar con unas nuevas generaciones de estudiantes que ya llegan al aula con una base digital muy asentada.
El modelo de enseñanza ha cambiado, y los docentes que se resisten a integrar las tecnologías emergentes corren el riesgo de quedar desconectados de la realidad del aula. Esta desconexión, lejos de beneficiar al alumnado, dificulta el verdadero sentido de la enseñanza: acompañar, entender y guiar. Vivimos en pleno siglo XXI, en una sociedad global, digital y en constante transformación tecnológica; por tanto, no podemos permitirnos permanecer anclados en modelos educativos del pasado.
Cuando se introdujeron las primeras pizarras digitales interactivas también hubo resistencia, con argumentos nostálgicos como “como la tiza, nada”. Hoy son pocos los docentes que no las utilizan. Con la inteligencia artificial estamos viviendo un proceso similar: no tiene sentido oponerse a su avance. Lo que sí tiene sentido, y es urgente, es formarse, comprenderla y aprender a integrarla de forma pedagógica, ética y eficaz. Solo así podremos seguir ofreciendo una educación de calidad, ajustada al presente y orientada al futuro.
¿Cómo definís el uso "ético y efectivo" de la IA en el ámbito educativo?
Desde nuestra perspectiva y tal y como se recoge en la guía, el uso ético y efectivo de la inteligencia artificial en el ámbito educativo implica garantizar que las herramientas como ChatGPT o Microsoft Copilot se utilicen de manera responsable, transparente y con una finalidad pedagógica clara. Ético significa que su uso debe respetar la integridad académica, los derechos fundamentales, la privacidad de los datos y la autoría de los contenidos. Efectivo, por su parte, implica integrar estas herramientas como recursos de apoyo al aprendizaje, no como sustitutivos del esfuerzo o del razonamiento. La guía insiste en que el uso de la IA debe estar orientado a fomentar el pensamiento crítico, la creatividad y la autonomía del alumnado, evitando una dependencia ciega de las respuestas generadas. Además, se promueve la verificación de la información, la correcta citación de fuentes y la toma de conciencia sobre sus límites. Como se indica en el documento, “no se trata de prohibir, sino de enseñar a utilizar correctamente una herramienta que ya forma parte del entorno del estudiante”.
¿Cómo esperáis que esta guía impacte en la práctica docente y en el aprendizaje del alumnado?
Esperamos que esta guía tenga un impacto claramente positivo tanto en la práctica docente como en el aprendizaje del alumnado. En el caso del profesorado, creemos que servirá como apoyo para afrontar con mayor confianza el uso de herramientas de inteligencia artificial en el aula, ofreciendo un marco claro que permita integrarlas pedagógicamente y utilizarlas de forma ética, segura y responsable. Como docentes, no podemos poner “puertas al campo”: estas tecnologías ya están al alcance del alumnado, y es imprescindible que estemos formados y preparados para guiar su uso con criterio, sentido crítico y acompañamiento educativo.
La guía también pretende fomentar una actitud proactiva en el profesorado hacia el aprendizaje continuo y el reciclaje digital, entendiendo que la tecnología debe facilitar nuestra labor, no reemplazarla. Tenemos que estar por delante del alumnado en el uso de estas herramientas, no solo para enseñar cómo se utilizan, sino para que comprendan qué hay detrás de ellas, cómo se generan las respuestas y por qué es necesario contrastar la información. La IA trabaja a partir de millones de datos, lo que significa que puede ofrecer respuestas incorrectas o sesgadas. Por eso es clave enseñar a verificar, a razonar y a no asumir como válida cualquier salida sin un análisis previo.
En el caso del alumnado, nuestro objetivo es que aprendan a utilizar la inteligencia artificial como un recurso de apoyo que potencie su autonomía, su creatividad y su capacidad de análisis. Apostamos por un uso ético y consciente, y les enseñamos a referenciar estas herramientas cuando las utilizan, igual que se cita una webgrafía en un trabajo académico. No hay nada negativo en reconocer que se ha usado IA para buscar información: al contrario, lo importante es saber cómo se ha utilizado y con qué criterio. Sin embargo, al preguntar en clase si han utilizado alguna herramienta de este tipo, muchos estudiantes dudan o no responden, quizás por miedo a que se interprete mal. En nuestra asignatura, Tecnología, el uso de estas herramientas es no solo bien recibido, sino necesario, porque creemos que es fundamental que aprendan a utilizarlas con responsabilidad desde el aula.
En este contexto, lanzamos también un mensaje claro: no hay que tener miedo a la inteligencia artificial, ni ser tecnófobos. La transformación digital en educación es imparable, y quien no empieza a explorarla corre el riesgo de quedarse atrás. La clave no está en prohibir, sino en acompañar, guiar y enseñar a usar bien lo que ya forma parte de la realidad cotidiana de nuestros alumnos.
¿Cómo se puede acceder a la guía?
La guía es un recurso elaborado específicamente para los centros IES Fernando I y IES Río Órbigo, pero dada su repercusión e interés, hemos querido que esté disponible de forma abierta y accesible. Por ello, se ha habilitado un espacio web donde puede consultarse públicamente y de manera gratuita. Cualquier persona interesada —ya sea docente, estudiante o miembro de la comunidad educativa— puede acceder a ella a través de la página web www.bodelonia.com. Nuestro objetivo es que esta herramienta no se limite a un contexto local, sino que pueda servir de referencia a otros centros que estén en proceso de integrar la inteligencia artificial en su práctica educativa.
Desde vuestro punto de vista, ¿Qué herramientas de IA consideráis más útiles para los docentes y los estudiantes?
Cualquier recurso que incorpore inteligencia artificial y tenga una finalidad educativa clara puede resultar útil tanto para docentes como para estudiantes. Aunque herramientas como ChatGPT o Microsoft Copilot son las más conocidas y extendidas en el entorno educativo actual, no son las únicas ni necesariamente las más versátiles. Existen múltiples tipos de IA con aplicaciones específicas: generación de imágenes, de vídeos, de audios, asistentes para el diseño de proyectos, elaboración de rúbricas, análisis de textos, generación de guías de evaluación y muchas más.
El abanico de posibilidades es muy amplio y está en constante crecimiento. Lo importante no es tanto centrarse en una herramienta concreta, sino conocer su potencial, explorarla y valorar su utilidad en función de los objetivos didácticos. Muchas de estas aplicaciones aún no son tan populares, pero eso no significa que no merezcan ser descubiertas e incorporadas al aula. La clave está en experimentar, adaptar y seleccionar aquellas que realmente aporten valor al proceso de enseñanza-aprendizaje, siempre bajo criterios pedagógicos y éticos.
¿Consideráis que la IA puede tener un papel importante en la personalización del aprendizaje?
Evidentemente, ya que una de sus principales fortalezas es precisamente su capacidad para adaptarse al ritmo, estilo y necesidades de cada estudiante, algo que resulta muy difícil de abordar en entornos educativos con grupos numerosos y niveles de diversidad altos. Herramientas basadas en IA pueden ofrecer explicaciones personalizadas, generar actividades adaptadas al nivel de competencia, proponer recursos complementarios según las dificultades detectadas o incluso sugerir itinerarios de aprendizaje específicos.
Además, la IA puede facilitar al profesorado la recopilación y análisis de datos sobre el progreso del alumnado, ayudando a identificar carencias, fortalezas o patrones de comportamiento que permiten intervenir de forma más eficaz y temprana. No se trata de sustituir al docente, sino de dotarle de herramientas que le permitan centrar su atención en lo que realmente importa: acompañar y guiar al estudiante en su proceso de aprendizaje. La personalización no debe entenderse como un aprendizaje aislado o individualista, sino como una forma de atender la diversidad y mejorar la calidad educativa desde una perspectiva más inclusiva y ajustada a las características de cada alumno o alumna.
Uno de los grandes potenciales de la inteligencia artificial en educación es que permite al alumnado disponer, en cualquier momento y lugar, de un asistente virtual que puede acompañarle en su proceso de aprendizaje. Gracias a estas herramientas, un estudiante puede tener acceso a explicaciones personalizadas, resolver dudas al instante o repasar contenidos de forma autónoma, como si tuviera un profesor particular disponible las 24 horas. Esta posibilidad no solo refuerza el aprendizaje formal, sino que también fomenta la curiosidad, la autonomía y el desarrollo de habilidades de autoevaluación y mejora continua. La inteligencia artificial, bien utilizada, se convierte en una aliada para garantizar una educación más accesible, flexible y adaptada a las necesidades individuales de cada estudiante.
¿Tenéis pensado desarrollar otras iniciativas o proyectos en relación con la IA y su uso en educación?
Por supuesto. Una vez se inicia este camino, es difícil no continuar avanzando. Somos profesionales comprometidos con la digitalización de los entornos educativos y con la formación en nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza. Consideramos fundamental seguir explorando, investigando y proponiendo iniciativas que ayuden a integrar la inteligencia artificial en los centros de forma pedagógica, segura y efectiva.
Nuestra intención es continuar desarrollando proyectos de forma conjunta que respondan a las necesidades reales del profesorado y del alumnado. La guía ha sido solo un primer paso; vendrán nuevas propuestas que contribuyan a mejorar la práctica educativa, acompañen los procesos de innovación en los centros y ayuden a transformar la forma en la que enseñamos y aprendemos en un entorno cada vez más digital y dinámico.
Nuestros centros, el IES Río Órbigo y el IES Fernando I, están completamente volcados en la digitalización… ¡y aún queda mucho camino por recorrer! Seguimos con la ilusión del primer día y con las pilas cargadas para seguir impulsando proyectos, compartiendo ideas y sumando innovación a la enseñanza. Porque esto no va de modas, va de transformar la educación desde dentro, con energía, compromiso y ganas de seguir avanzando.
Muchas gracias César y Juan Antonio por habernos dado esta visión sobre el uso de la Inteligencia Artificial.