Cuando en EPALE se hacía referencia a la entonces reciente intervención de la banda de Gaitas de Gijón en Nueva York, referíamos también que las enseñanzas y aprendizajes en relación a este instrumento que se imparten desde distintos centros y entidades, conllevan al recuerdo y a la conservación de tradiciones ancestrales de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, con las particularidades y especificidades que este instrumento y sus producciones, tienen en esta Comunidad Autónoma. 

Se trata, desde ciertas perspectivas, de la búsqueda de la particularidad, del hecho diferencial… de motores de centrifugación unificadores de los residuos creados en el proceso centrifugador. 

En estos momentos en los que se dice buscar inclusiones, mientras se exaltan, se buscan, o se inventan diversidades, es preciso insistir en que ni siquiera el hecho manifiestamente diferencial es exclusivo, que todo está en todas partes, que nuestra particular gaita con sus diversas particularidades se extiende por todo el planeta…

La concentración de gaitas en Nueva York daba testimonio de la particularidad compartida, de como con una u otra particularidad la encontramos en diferentes culturas, en lejanos espacios…   

El camino inclusivo consistiría en dar la bienvenida a toda particularidad. 

En demasiadas ocasiones se exaltan particularidades –no siempre reales ni exclusivas- con pretensiones de exclusividad que solo pueden llevar a movimientos reaccionarios y regresivos.     

El alumnado adulto de nuestros centros cuenta con una amplia perspectiva vital que puede dar testimonio –aún- de realidades que se cuentan como tales pero que nunca fueron.  

No siempre el pasado que se recuerda fue real. La gaita como la sidra, pueden constituirse en nuestras aulas en focos de aprendizaje por la interculturalidad, la diversidad y el antirracismo.