En la Región de Murcia, los centros de educación de adultos cumplen este curso sus 40 años como auténticos motores del aprendizaje y la superación personal. Con una red de 16 centros y más de 80 aulas distribuidas por toda la región, estos espacios acogen cada año a más de 13.000 alumnos que, con independencia de su edad o situación, encuentran una segunda o incluso primera oportunidad para formarse.

La oferta educativa es muy diversa y flexible: desde la enseñanza reglada (Educación Secundaria para personas adultas y ciclos formativos básicos) hasta talleres de idiomas, informática y competencias básicas que responden a las necesidades actuales, como la alfabetización digital. Además, muchos alumnos extranjeros encuentran en los cursos de español para inmigrantes una herramienta fundamental para integrarse socialmente y abrir nuevas puertas en el ámbito laboral.

Los centros de adultos son mucho más que aulas: son espacios de convivencia, intercambio cultural y crecimiento personal. Historias como las de trabajadores inmigrantes del campo, que tras duras jornadas en el sector agrario continúan su formación en busca de un futuro mejor, demuestran el papel transformador de estos centros. También destaca la dimensión europea de la educación de adultos en la Región de Murcia, con proyectos como ERASMUS+ que permiten a estudiantes viajar, aprender nuevos idiomas y compartir experiencias con personas de otros países.

El impacto es evidente: como explican las directoras Pilar Martínez y Nuria Mariño en una entrevista a la cadena de televisión local la 7, estos centros han cambiado la vida de miles de personas, devolviéndoles la confianza y la oportunidad de participar activamente en la sociedad. Como dice Nuria, “venid a conocernos. No hay edad ni límite para retomar lo que siempre fue vuestro: el derecho a aprender.”

Estos ejemplos y testimonios demuestran que la educación de adultos no es solo una formación puntual, sino una verdadera apuesta por el aprendizaje a lo largo de la vida. Gracias a su carácter inclusivo, flexible y adaptado, los centros de adultos se convierten en espacios que impulsan la igualdad de oportunidades, la integración social y el crecimiento continuo de cada persona. Así, en la Región de Murcia estos espacios se han consolida como referentes en la construcción de una sociedad que valora y promueve la formación como un derecho que nunca caduca.