Wim Ipers: ¿Soy un optimista incorregible? Culpable.

Breve biografía
Me licencié como traductora e intérprete y desde 1998 trabajo como profesor de educación básica de adultos para Ligo Brusselleer. También soy una dramaturgo y director teatral autodidacta galardonado, especializado en la puesta en marcha de producciones teatrales co-creativas de base hiperdiversa. Llevo 25 años trabajando en prisiones y con reclusos, tanto en el ámbito educativo como en el cultural.
Mi historia
La humanidad parece estar bendecida y/o maldecida con un fallo crónico de la memoria a corto plazo. Olvidamos con facilidad y nos tropezamos con la siguiente catástrofe antes de darnos cuenta. O con la misma facilidad nos lanzamos de cabeza a nuevas aventuras y territorios desconocidos, olvidando que nos estrellamos repetidamente de nuestras bicicletas y contra los árboles. Para una especie que ha visto nacer a Mozart, Marie Curie, Nadal, Einstein, Jeanine De Bique, Shakespeare... por citar sólo algunos, sería absurdo decir que somos un "bicho raro" de la naturaleza. Para una especie que inevitablemente produjo a Stalin, Thatcher, Pol Pot y Bloody Mary, sería estúpido afirmar que estamos en el pináculo de la creación, lo mejor que el universo ha producido.
Pero, ¿acaso no hemos progresado en absoluto en ese corto espacio de tiempo que llevamos aquí? Creo que la respuesta tiene que ser afirmativa. Hans Roslings investigó a fondo el libro "Factfulness", que afirma que la proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema se ha reducido casi a la mitad en los últimos 20 años. En todo el mundo, las mujeres de 30 años están acortando distancias con sus homólogos masculinos en cuanto al número de años que pasan en la escuela: una media de 9 años frente a los 6 de hace sólo 25 años. Desgraciadamente, en mi ámbito de especialización, la educación penitenciaria, las estadísticas siguen siendo muy sombrías: la población carcelaria mundial aumenta (de 8 millones en 2002 a 11,5 millones en la actualidad), el número de mujeres encarceladas ha crecido un 50% desde 2000, la financiación de la justicia es cada vez más insuficiente, los índices de suicidio crecen…
Entonces, ¿por qué sigo enseñando e intentando co-crear obras de teatro en las cárceles de Bruselas después de 25 años? ¿Porque soy un optimista incorregible? Me declaro culpable.
Pero también porque, a pequeña escala, he sido testigo de varios cambios a mejor. El traslado a la nueva prisión de Haren nos llevó de la oscura Edad Media directamente al siglo XXI, con infraestructuras y equipos modernos y sin hacinamiento (¡todavía!). Por fin, los directores y el personal de la prisión intentan realmente poner en práctica un enfoque humanitario a diario. Incluso se ha creado un nuevo puesto de trabajo con este fin: consejero penitenciario. Sin embargo, la formación específica de los asesores penitenciarios sigue siendo embrionaria. Con demasiada frecuencia se les arroja al vacío.
Funcionarios públicos flamencos y francófonos bien formados se desviven por garantizar los derechos humanos básicos en todos los ámbitos que damos por sentados fuera de los muros de la prisión: educación, deportes, salud mental, cultura y asesoramiento en relación con el consumo de drogas... Cierto; aún estamos lejos de ser los mejores alumnos de la clase, pero parece que por fin hemos dado la vuelta a la esquina.
Como una de las formas más inspiradoras de acelerar estas incipientes mejoras es salir al extranjero en busca de las mejores prácticas, tuve la suerte de acompañar a una nutrida delegación belga a la conferencia bianual de la EPEA, celebrada en junio en Tønsberg (Noruega). Visité las mejores prisiones del mundo en Bergen y Bastoy, escuché a oradores principales inspiradores, intercambié buenas prácticas con colegas profesores en prisiones de todo el mundo y tuve la suerte de hacer un taller sobre la incorporación de técnicas teatrales en las clases de prisiones. Pude compartir algunas de las ideas y técnicas desarrolladas por Augusto Boal, pionero del teatro brasileño y fundador del Teatro del Oprimido.
El viaje a Noruega ha renovado mi entusiasmo y me ha dado una sensación de apoyo y solidaridad internacionales. Sí, lo estás haciendo bien. Por supuesto, puedes hacerlo mejor. Pero no, no estás solo.
En mi opinión, el futuro del aprendizaje de adultos en las prisiones depende de tres retos fundamentales:
- garantizar que la filosofía humana y reparadora esté en el centro de todos los procesos de toma de decisiones
- proporcionar viviendas a pequeña escala, diferenciadas e integradas en la sociedad
- formar a los formadores/asesorar a los consejeros/enseñar a los profesores con arreglo a normas profesionales que también prevalezcan fuera de los muros de la cárcel.
Y ten paciencia. Mucha paciencia. Roma no se construyó en un día. Las prisiones no se "des-construirán" en una década.
O como dijo ese otro grande del teatro, Peter Brook: "Cualquier cosa en la que merezca la pena invertir no se acaba en una vida".
Capacidades para el futuro
- Habilidades CAR (comunicación + asertividad + resiliencia)
- aptitudes "portátiles" (resolución de problemas, adaptabilidad, trabajo en equipo...)
- Habilidades "filosóficas": visión de conjunto, autorrelativismo, sentido del humor, pensamiento crítico
Интересно
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