La estructura demográfica de España refleja que una cuarta parte de la población actual son jóvenes entre los 15 y los 35 años de edad y la distribución de la misma entre las zonas rurales y las urbanas es desigual. A pesar de que más del 85% del territorio español se considera “zona rural”, la mayor concentración de esa población se encuentra en núcleos urbanos.

Además, el desplazamiento de los jóvenes desde las zonas rurales a las urbanas, principalmente por causas relacionadas con la formación y el empleo, es un fenómeno en crecimiento.

Afortunadamente, en los últimos años, y a través de diferentes líneas de financiación derivadas de fondos europeos se han venido impulsando múltiples proyectos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los jóvenes en el medio rural, garantizar sus derechos y ofrecer igualdad de oportunidades a los jóvenes del medio rural.

Los proyectos para evitar esa fuga de jóvenes del medio rural han ido orientados normalmente a recuperar aquellos sectores que tradicionalmente habían tenido un peso y una importancia en la economía de la zona y que habían perdido fuerza: el sector primario, especialmente en lo respectivo a la rama agroalimentaria, mejorando y modernizando las condiciones de producción , recuperando ramas de actividad en extinción y aplicando en general la innovación para la mejora de su rentabilidad. También han servido para la sensibilización de la población en general sobre la importancia de mantener el medio rural y para que las instituciones hayan dado un impulso a la creación de medidas orientadas a la mejora de las condiciones.

En Asturias, la conservación del medio ambiente y su conexión con el turismo rural, ha tenido un papel fundamental también como herramienta de riqueza para la mejora de la estructura productiva y económica del medio rural, el uso de las nuevas tecnologías y también la mejora de los servicios socio-sanitarios y ha posibilitado un crecimiento notable en la última década.

El turismo rural en Asturias se ha desarrollado alrededor de la potenciación de los recursos agroalimentarios, la artesanía, el turismo rural sostenible, y sobre todo la conservación del medio natural y su biodiversidad que es la uno de los elementos que nos define como región.

También, la creación de espacios naturales protegidos con denominación de parques naturales han tenido una gran importancia en ese desarrollo, proporcionando instrumentos (normas, planes y fondos) que garanticen la continuidad de esas actividades económicas tradicionales , compatibles con los los intereses de conservación, preveniendo los excesos en la explotación de los recursos y encauzando las actividades productivas de modo que resulten rentables y atractivas como creadoras de empleo.