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Crónica de un viaje a Bolonia

Crónica de mi experiencia en el Community Heroes Event de Bolonia para trabajar el empoderamiento digital.

Crónica de un viaje a Bolonia.

 

Siendo sincero, no sé muy bien cómo enfocar esta crónica. Quizás en primer lugar debería decir que esto va de un Community Heroes Event, que se celebró en Bolonia en el marco de la Sala Borsa del Auditorium Enzo Biagi y Sala dello Zodiaco en el Palazzo Malvezzi (vaya localizaciones chulas) al que tuve la inmensa fortuna de poder asistir en representación de España gracias al Ministerio de Educación y su maravilloso equipo EPALE.

 

Si sólo habláramos de la parte formal de contenidos del evento creo que sería quedarnos cortos ya que no reflejaría toda la experiencia de aprendizaje que ha supuesto para mí.

Voy a ser franco, hacía 12 años que no cogía un avión y nunca había salido sólo de España. Llegar a la T4 del aeropuerto Adolfo Suarez (Madrid Barajas) fue, en cierta forma, una experiencia de choque y lo más difícil del viaje; pero nada que una amable profesional del punto de información no pudiera solucionar. 

 

Llegaba al hotel sin incidencias a las 12 de la noche (por la mañana estuve en mi instituto dando clase y por la tarde cogía el tren a Madrid desde Zaragoza para coger el vuelo a Bolonia a las 21:20 hs.). El recepcionista del hotel me “echó la bronca” por eso de que no puede ir un español a Italia y hablarle a un italiano en inglés. Hizo que me sintiera un poco como “en casa”.

 

Ya por la mañana comenzaba el evento a las 9:30, pero antes tocaba desayuno en el hotel. Lo mejor, el mestizaje de saludos (yo dando el “Buongiorno” y otras personas respondiendo un “good morning”).

 

Llegando la Sala Borsa del Auditorium Enzo Biagi (¡que bonita la Piazza del Nettuno!) ya nos acreditamos y empezó el evento propiamente dicho. Como intervenía con una pregunta en uno de los paneles me ubicaron en el ángulo de emisión de las cámaras que retransmitían  el evento en streaming. 

 

No sé si tiene mucho sentido hablar formalmente de los temas tratados en el mismo (ya que, por ejemplo, aquí tenéis el enlace con el video de la sesión: https://epale.ec.europa.eu/en/blog/live-streaming-15-october-2024-epale-community-conference ), pero sí quiero hablar de las impresiones que me causó esta primera parte de la mañana que trataba sobre empoderamiento en competencias para la transición digital. Y lo digo desde la perspectiva de alguien que a veces se sentía como Paco Martínez Soria llegando a Madrid en “La ciudad no es para mí” (jeje).

 

La UE es otro nivel, se nota nivel de preparación del evento, bienvenidas institucionales y nivelazo de las personas participantes como ponentes. Una vez dada la bienvenida y acogernos con mucho mimo (bienvenida institucional y, también, de algunos fans de la filosofía que nos invitaban a participar en un evento sobre pensamiento crítico, ¡stoicism rules!) empezamos con una ponencia muy interesante sobre libertad de expresión en un contexto donde las redes sociales permiten decir prácticamente cualquier cosa y, en las que ser veraz y riguroso parece que no tenga demasiada importancia. Sí, las instituciones tienen margen para la acción, pero ¿dónde está el límite para censurar?. A veces se ve claro, pero en otras ocasiones puede no estarlo tanto. Educar, en general y en pensamiento crítico en particular, es nuestra mejor baza.  Fue curioso saber de buena mano (ya después de la charla) lo poco consideradas que están por sus empresas las personas que trabajan como reguladoras de contenidos en redes sociales y cómo, por lo que tienen que ver (cosas horribles que no quiero reproducir aquí), acaban sufriendo un importante riesgo para su salud mental y estabilidad emocional. Da qué pensar.

 

A continuación, pasamos a hablar de competencias digitales para la transformación de la educación con un panel de personas expertas de primer nivel. No lo puedo evitar; por eso de hacer patria chica en Bolonia, me quedo con Gema, que venía de Extremadura y que nos habló de cómo trabajan la inclusión digital de mujeres en el ámbito rural de su comunidad. Durante la comida pude hablar con ella largo y tendido, de estas cosas y de otras, y quiero agradecerle su tiempo y su amabilidad. 

 

Desde la organización nos animaron a plantear alguna pregunta al panel y me vine un poco arriba para sacar a colación esas competencias tan necesarias para el aprendizaje y tan poco digitales como la comprensión lectora, la capacidad de análisis, el trabajo propio con la información, etc., para preguntar si no corríamos el riesgo de olvidarlas por el camino con tanto “chat GPT”. Fue curioso ver que esas competencias “humanas” fueron consideradas como esenciales y me gustó el ejemplo del compañero de la universidad de Maastrich al compararlo con el momento en que se universalizó la televisión en los hogares y como había agoreros que decían que iba a ser el fin de todo porque nos iba a volver a todos tontos. Muy interesante.

 

El tiempo para comer fue distendido (y sabroso) y tengo que volver a agradecer el cariño y amabilidad con la que fuimos tratados (gran trabajo de Elisabetta como “road manager”).

 

Ya por la tarde tocaba cambio de ubicación (fuimos de paseo y, ¡qué bonita es Bolonia!) para llegar a la Sala dello Zodiaco en el Palazzo Malvezzi (espectacular decoración) y empezar con el “team bulding” de embajadores de la mano de una compañía de teatro local (Teatro dell’Argine) que amenizaron toda la tarde. 

 

En primer lugar tocó dinámica de presentación. Nombre, procedencia y algo breve que nos definiera como personas. Había gente que dijo que amaba Italia, otras que amaban su rol de madre, me gustó el compañero de Malta que dijo que para vivir en una isla odiaba nadar, pero con quien más me identifiqué fue con un compañero polaco que dijo que le encantaba beber cerveza. Yo, por supuesto, sólo podía decir que era “heavy” y que amaba la música heavy metal.

 

Nos contaron tres experiencias de trabajo de inclusión desde la Universidad, los museos y el teatro. Muy interesante todo el contenido de la sesión pero en mi memoria se han quedado grabadas tres cosas, una por cada proyecto. 

  • Desde la universidad se hablaba de ciudadanía y empoderamiento con proyección internacional. La imagen de la profesora universitaria sin poder hablar, con un nudo en la garganta (y en el alma) al poner la diapositiva con la foto de niños palestinos antes de la guerra (como parte de su proyecto) creo que dice mucho más que cualquier cosa que yo pudiera aportar aquí.
  • Respecto al proyecto de los museos (acercan la cultura a población desfavorecida, personas inmigrantes en un alto porcentaje), me quedo con la frase “personas muy diferentes a nosotros, pero con las que tenemos muchas cosas en común". De mucho valor ir a sus barrios a acercarles el arte y la cultura como elemento de enganche a futuras visitas a los museos.  
  • Finalmente, desde la compañía de teatro aportaron su experiencia trabajando (si no lo entendí mal) con población reclusa, de tal forma que la formación en teatro actúa como canal de reinserción. Me quedo con otra afirmación “en el momento que conoces cuáles son sus necesidades es todo mucho más fácil”. Al final, no somos personas tan diferentes y con la motivación y dedicación adecuada podemos ser parte activa y positiva de la sociedad.

     

Con la información recibida, nos pusimos a debatir sobre las experiencias en pequeños grupos y hacer la posterior puesta en común. Es gratificante poder hablar con personas  polacas, checas, francesas, belgas… sobre la educación, la integración, romper los muros de los prejuicios etc. Gran experiencia.

 

Finalmente, desde la universidad de Bolonia nos hablaron de la inteligencia artificial generativa, haciendo un repaso sobre los hitos históricos que nos han hecho evolucionar como sociedad (el lenguaje, los libros, la imprenta…) hasta llegar a la IA generativa. Se habló de sus riesgos (deep fakes, por ejemplo) y lo necesario que actuar con prevención en este tema para que sirva para un fin realmente empoderador de la humanidad.

He de decir que a estas alturas la carga mental ya era importante (prestar atención plena a lo que se dice en otro idioma me estaba pasando factura) y ya se me escapó alguna cosa, pero me gustó ver a un psicólogo hablar de IA.

 

Llegó el cierre y la despedida. Sólo puedo decir que fue una experiencia maravillosa y tengo que agradecer a la organización el gran trabajo con este evento (comunidad EPALE de Bolonia “chapó”).

 

Tras la despedida (a eso de las 17:30 de la tarde), tuve un poco de tiempo para ver la ciudad. Mi parada obligatoria fue ir a la “vía Saragozza” (como no podía ser de otra manera), ver la puerta de entrada a la ciudad y ver el lugar de coronación de Carlos V, para luego disfrutar de unos tallarines a la amalfitana que estaban de “toma pan y moja” (¡cómo mola Italia!). 

 

Tocaba ir prontito a dormir. A las 03:00 arriba para ir al aeropuerto y coger el avión de vuelta directo a Zaragoza. A las 08:15 ya estaba en casa, parada técnica y de vuelta al instituto para empezar mi jornada.

 

Para cerrar, vuelvo a la sinceridad. Este viaje me asustaba un poco (por no decir algo más fuerte), pero he visto demasiadas veces este video (lo explico en clase todos los cursos) que habla de la zona de confort y de cómo hay que salir de ella. Sabía perfectamente que tenía que decir que sí a este viaje, cuando lo fácil (y tranquilo) hubiera sido decir que no.  Al final, la experiencia, como no podía ser de otra manera, ha sido muy positiva y enriquecedora. Aprendes muchas cosas, evidentemente a nivel técnico, pero también sobre tí y sobre los demás, haciendo que en conjunto que sea una experiencia de aprendizaje muy potente (por lo menos en mi caso, dadas mis circunstancias señaladas con anterioridad). Y es por ello, por lo que a la crónica le he querido dar un marcado carácter personal más que de divulgación técnica.

 

Como conclusión he de decir que me encantó que un italiano me “echara la bronca” por hablarle en inglés. 

Me encantó el mestizaje. 

Me encantó ver cómo personas de diferentes rincones de Europa no somos tan diferentes. 

Me encantó saber que mi nivel de inglés, “ni tan mal”. 

Me encantó hacer patria en Bolonia con una extremeña. 

Por supuesto, me encantó el contenido del evento. 

Me encantó ver un “Lambo” de cerca. 

Me encantó la cena. 

Me encantó Bolonia. 

Y por último, me encantó darme un palizón de viaje, porque la experiencia lo compensa todo. 

 

Y ya termino. Un millón de gracias al maravilloso equipo EPALE del Ministerio de Educación por haberme dado esta oportunidad. GRACIAS.

 

Un cordial saludo y muchas gracias a todas aquellas personas que han llegado leyendo hasta aquí.

 

 

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