Se inicia un nuevo año académico y es un buen momento para establecer prioridades, para planificar estrategias…

El alumnado de nuestros centros de Aprendizaje Permanente para Personas Adultas no anda sobrado de tiempo, sino más bien escaso, con tiempos muy apretados. Tiene responsabilidades familiares, laborales, personales… que le son ineludibles, y que tiene que compatibilizar necesariamente con su actividad formativa.

Requiere por ello que actuemos rápida y eficazmente sobre sus necesidades formativas.

La valoración inicial de los aprendizajes adquiridos (VIA) posibilita que en nuestros centros se puedan configurar los itinerarios formativos adecuados a las necesidades formativas de cada persona. Ello, necesariamente, considerando las especificidades de la misma, de sus modos de aprender, de los estilos de aprendizaje.

Una perspectiva de eficacia, de atención al problema, de resolución del mismo, es una de las características de este ámbito formativo. Ahora se trata de reducir los tiempos de aprendizaje, lo que supone un cambio de perspectiva para quienes proceden de otros sectores educativos en los que el tiempo de estancia en el centro, la extensión de los tiempos de formación, difumina en ocasiones la atención a los aprendizajes adquiridos.