El Informe Evaluación N.º 33 Impacto de la repetición escolar sobre las emociones y el esfuerzo del alumnado que se refería en (enlace a publicación EPALE) consideraba que “la repetición escolar es una medida de atención a la diversidad que, bajo determinadas circunstancias puede ser beneficiosa. Sin embargo, las evidencias señalan que, con carácter general, presenta efectos negativos que parecen ser mayores a medida que avanza la escolarización obligatoria. “

Las decisiones de repetición requieren de una reflexión que no siempre se lleva a cabo con la perspectiva necesaria. Los procesos madurativos de la persona no se realizan en los mismos tiempos y mucho menos cuando la medida no es la misma. Las exigencias de maduración que exigimos a nuestro alumnado tienen,en ocasiones, casi un año de diferencia temporal, según fecha de nacimiento.

Las clasificaciones edad/curso son simplemente fruto de necesidades estructuradoras de la realidad escolar, superadas en la actualidad por la flexibilidad de la atención a la diversidad de realidades, procesos madurativos, estilos de aprendizaje…

Si alguna justificación se encuentra para prescribir la receta de la repetición en algún momento de los aprendizajes circulares de la escolaridad de los primeros años, donde se incide curso tras curso en las mismas competencias y repetir solo lleva a abandonar compañeros de aula, mucho menos sentido tiene en enseñanzas por materias o módulos.

¿Qué impide que un alumno o una alumna curse materias o módulos de curso diferente?  

¿Se impide la promoción simplemente para que no descuadre horarios y organización del centro?    

La enseñanza modular es necesaria. Es preciso que se puedan cursar materias o módulos de cursos diferentes. No cabe pensar que prioridades organizativas determinen los procesos formativos. 

¿No deberían ser las necesidades formativas las que determinen la organización de centros y enseñanzas?

La enseñanza modular es necesaria. Es preciso que se puedan cursar materias o módulos de cursos diferentes. No cabe pensar que prioridades organizativas determinen los procesos formativos. 

¿No deberían ser las necesidades formativas las que determinen la organización de centros y enseñanzas?